Siempre amigos

Un hombre, su caballo y su perro, caminaban por un oscuro y solitario desierto, cuando de pronto un fuerte temporal con vientos huracanados llenos de lluvia los enfrentó sin piedad. De la tormenta eléctrica un rayo se desprendió y atacó a los tres caminantes por igual, causando sus muertes rápidamente. Hay veces que a los muertos les lleva un tiempo darse cuenta de sus actuales condiciones, sin embargo, el hombre comprendió que los tres lo estaban, y lo que parecía ser un final, era un nuevo comienzo, en otro desierto, bajo un radiante sol. La caminata se estaba haciendo muy larga, desgastante por tramos. El calor no les daba tregua y los tres estaban empapados en sudor y con mucha sed; rogaban desesperadamente por un vaso de agua. Después de unas horas y tras cruzar una duna muy alta, avistaron un majestuoso portal de mármol en el medio de una gran cerca celestial, que dividía el desierto de una frondosa plaza enmarcada por los árboles, y en su centro había una fuente de la que br...