Cuando no pasa nada, pero pasa un mundo
Darío había decidido salir, irse, viajar de un lugar a otro. Lo hacía por necesidad más que por deseo. Era algo interior que lo presionaba por dentro y pedía a gritos salirse con la suya. Cuando decidió partir, se llevó consigo solo sus maletas, sus momentos y sus recuerdos, pensando que con eso sería suficiente. Creyó que, en un tiempo no muy lejano, volvería para seguir con su vida, con sus cosas. Cuando al fin se fue, pese a saber a dónde, nunca supo realmente el porqué de esa decisión, ni mucho menos qué le depararía la siguiente estación, el nuevo destino. Algo temeroso, medio expectante y con el sentir a flor de piel, se sumergió en un nuevo mundo, en una nueva vida. Con nuevos desafíos, nuevos deseos y nuevos sueños. Mientras anduvo, mientras vivió, fue conociendo personas. Historias de vida que se le presentaron porque algo o alguien así lo dispuso. Se hizo de nuevos amigo...